12 DE OCTUBRE, DÍA DE LA RAZA, FERIADO LARGO.

Texto y captura: Daniel Stilmann. Fotógrafo, pescador y timonel: Daniel Kritz. Marinero y segundo pescador: Nicolás Barni.

Aprovechando que el el 12 de Octubre se transformó en un feriado largo, que incluía el lunes, el domingo decidimos hacer una salida a última hora al Lago Puelo para aprovechar el pique crepuscular, dispuestos a quedarnos hasta tarde, ya que al otro día nadie trabajaba.No es que ninguno de los tres componentes de la partida trabajemos demasiado, pero hay que cuidar las formas y del que dirán.

El día estaba frío, alrededor de los 8 grados, con viento corriendo por el valle que forma el Río Puelo, el cual nace en el lago del mismo nombre en la Argentina y dirigiéndose directamente al Oeste corta a Chile transversalmente en dos, para desembocar en el Pacífico, algo más abajo de Puerto Mont.

Notese la curvatura de la caña. Atrás el "3 Picos" situado en la cadena montañosa de Cholila

Arrastramos el semi rígido hasta la orilla con el cuatriciclo, que por suerte es 4 x 4 y con sus 800 c.c. facilitó las cosas, ya que la rampa de Parques Nacionales está destruida y resulta imposible emplearla, lo cual obliga a entrar al agua desde la costa, y por mucho canto rodado que haya, que se supone es más firme que el barro, las cosas se ponen feas para más de uno.

Entre el ripio, el agua fría y el viento, que nos daba sobre una de las bordas, peludeamos un rato para completar la maniobra, pero pudimos zarpar sin inconvenientes mayores. Apenas dejamos la zona del muelle tiré al agua mi línea.

Estaba usando un equipo número cuatro con línea de hundimiento, leader y un tipett 2 X , todo rematado con un streamer verde obscuro, negro y algo de plateado.

La intención era pasar arrastrando la mosca paralelos a la costa y unos 300 metros afuera de la desembocadura del Río Azul sobre el lago Puelo, un lugar natural de pesca que suele dar buenas piezas. Pero para llegar a esa zona aún faltaban unos minutos más de navegación. Mientras tanto aproveché para largar línea a discreción.

En el momento de comenzar a cruzar la boca del río, y con mi señuelo unos buenos 100 metros afuera (en el reel me quedaba solo un resto de backing), y todavía fuera de la zona de pesca, sentí el golpe, discreto para ser honesto, de la clavada del pez. -Una arco iris pensé.- Y chica para rematar.

Como en ese momento mi línea era la única en el agua, sólo tuve que cantar el pique y pedir que cortaran el motor para poder pelear al bicho sin mayores ventajas y sin temor a romper el equipo. Luego me puse a recoger línea.

Al principio no luchó mucho, y si bien impresionaba como una trucha algo más pesada que las que regularmente salen en ésta época, no daba para pensar en otra cosa. Lo llamativo en ese momento, es que al clavarla no saltó, como suelen hacerlo, pero como no todas lo hacen si no hasta cerca de la embarcación, el hecho pasó desapercibido.

Pero con un equipo 4, una trucha como las que mencioné, y en medio del lago, sale en unos minutos. Aquí comenzaron a pasar el tiempo y el bicho se ponía cada vez más pesado.

Nada de grandes corridas de esas que sacan metros de línea. Simplemente era un peso muerto. Maldita perca, pensé. Ahora voy a tener que soportar bromas hasta el día del juicio final por parte de los dos colegas a bordo, que ya habían hecho algún que otro comentario sobre mi suerte. El problema era que en lugar de quedarme callado les había retrucado haciendo la pata ancha diciéndoles ya van a ver, pero no muy convencido de lo que traía.

Como sea, continué recogiendo línea, y cuando el pez estaba a unos 50 metros puso primera y arrancó.Y se llevó línea hasta bien entrado el backing. De vuelta a foja cero.

Por supuesto que ante tamaña demostración de fuerza no se me ocurrió intentar frenarlo. El equipo no daba para esos riesgos, y ahora, que todos sabíamos que no era una perca (no hacen esas cosas), estaba empecinado en sacarlo. Más que nada a beneficio de mis espectadores de abordo y para poder terminar con sus bromas al respecto de mi "pez palo".

Poco a poco logré recuperar la línea que me había sacado, aunque continuaba dando pelea. Sin embargo la cosa volvió a ponerse movida cuando vio el semi-rígido y sus tripulantes. Otra vez puso la primera baja y salió rumbo al Pacífico. Pero poco a poco fui frenando la estampida y entre mi resistencia y su cansancio pude comenzar a traer línea nuevamente.

Con el salmón ya a bordo sacamos ésta primera foto, que no le hace honor a su tamaño.

La cosa siguió así por largo rato, y cada vez que lograba acercarlo el muy ladino volvía a las andadas. Incluso parecía salir derecho hacia abajo, en picada, como buscando el fondo, pero al cabo de un rato se cansó y Nicolás pudo sacarlo con el copo.

Después de la primera foto (mala, aunque ambas fueron sacadas con el teléfono celular) hicimos una segunda toma, esta vez de más cerca y con Nicolás sosteniendo al animal, lo cual fue una buena idea, ya que en la misma, y como pueden ver un poco más abajo, se puede apreciar mucho mejor la belleza del pez.

Para esto ya se había hecho tarde, y el sol se había puesto por detrás de la cordillera. El aire se tornó gélido y sabiendo que otro como ese no sacaríamos fácilmente, decidimos pegar la vuelta. Por supuesto que en el camino a casa el único que hablaba era quien escribe. Los demás mutis.

Nicolás con mi salmón.

El Lago Puelo se encuentra situado en la Provincia de Chubut, al pie de la cordillera de Los Andes, 20 kilómetros al sur de la localidad de El Bolsón.