Artículo por Daniel Stilmann. Fotos: Nicolás Vicente y Nicolás Barni.

Las fotografías corresponden a una salida de pesca de cinco días efectuada en los últimos días de diciembre 2008 por los dos Nicolás; Vicente y Barni.

La misma tomó lugar en el Lago Verde, ubicado en el Oeste de la Provincia Chubut, zona conocida como Patagonia Andina, caracterizada por sus bosques rodeando lagos y ríos famosos por su pesca de truchas.

La aventura fue completa, ya que se trató de una excursión en la cual se montó un campamento base desde el cual se partía cada mañana y la mayor parte de la pesca se realizó haciendo fly casting y trolling (con mosca) desde una canoa inflable.

El Lago Verde se encuentra unos sesenta kilómetros al suroeste de Cholila, dentro del Parque Nacional Los Alerces, y se arriba al mismo a través de la ruta número 71, que nace de la ruta 40 y se dirige al sur bordeando los lagos para terminar en Villa Futalaufquen, cerca de Esquel. En su trayecto por dentro del Parque bordea un sistema de lagos encadenados entre sí mediante ríos cortos que incluyen, de norte a sur, al lago y el río Rivadavia, el lago Verde y el río Arrayanes y por último el Lago Futalaufquen.

El sistema nace en el Lago Cholila que descarga sus aguas en el Lago Rivadavia mediante el río Carrileufu, pero los dos primeros accidentes geográficos nombrados no se encuentran a la vera de la ruta … por eso han sido excluidos de la lista previa. El acceso a estos dos últimos se realiza desde Cholila por medio de la ruta número, también de ripio.

Todo éste sistema se caracteriza por la excelente pesca de truchas arco iris y marrones, por ser de devolución obligatoria, estando prohibida la pesca de arrastre (trolling) con motor, no así la practicada a tracción a sangre (remo), muy exigente, la cual, además de ser una muy buena forma de mantenerse en estado físico brinda resultados espectaculares y nos permite alcanzar aquellos lugares recónditos de muchos lagos, a los cuales el acceso mediante el vadeo está impedido por los accidentes geográficos existentes, muchos de ellos insalvables por tierra.

El resultado de la excursión fue excelente como lo demuestran las fotografías precedentes. Esto prueba que con un poco de esfuerzo y amor por la aventura aún se puede pescar muy bien sin necesidad de guías, embarcaciones costosas o reservas en lodges exóticos. En promedio, la pesca en la Patagonia no se pone mucho mejor que ésta, salvo por algunas excepciones y mucho más al sur de los parajes mencionados, donde ni el paisaje es tan bello ni el viento deja de soplar nunca.